Miel de alfalfa 50/1996


Las abejas han producido esta miel durante el verano a partir del néctar de las flores de la vegetación espontánea de los sotos, y de la cultivada en las zonas adyacentes en la Ribera Alta.

Además del néctar procedente de la flora de la zona, esta miel contiene una apreciable cantidad de néctares de la vegetación de media montaña, propia del Piedemonte del Moncayo donde las colmenas estuvieron asentadas durante la primavera.

En el espectro polínico de esta miel junto al de la zarza, la alfalfa, o el ajedrea encontramos el polen  entre las que destaca el lotus. Con la suavidad de sabor característica de las mieles de alfalfa, el ligero regusto aportado por el tomillo, otorga  a esta  miel una  personalidad bien marcada.

Su color  es genuinamente ámbar,  sin  apenas turbidez

Puede cristalizar de forma compacta con relativa rapidez