La alfalfa es un alimento de gran calidad nutricional. Aunque destaca por su elevado contenido en proteínas, su composición incluye también un alto nivel de minerales y vitaminas, especialmente del grupo B y C, así como flavonoides y otros antioxidantes. Aunque su uso más habitual, es el de forraje para el ganado que la puede consumir pastándola directamente, aportada en forma de heno, ensilada, deshidratada, o incluida en la formulación de piensos y raciones, también las personas podemos consumirla. Los brotes tiernos están muy ricos en tortilla, como verdura, o en ensalada. ¡Ojo! Ingerida en exceso la alfalfa puede provocar fotosensibilidad cutánea.